Ante la majestuosidad de un viejo árbol nativo, localizado sobre el centro del terreno a construir, esta vivienda unifamiliar implantada en clima cálido tuvo como reto preservar el incluir en su diseño arquitectónico una disposición tipológica que preservara dicho elemento natural. El proyecto, localizado sobre una vasta llanura resiliente dispuso una clara determinante, recuperar desde lo botánico el esplendor del viejo árbol mitigando las afectaciones del paso del tiempo que lo afectaban, convirtiéndolo por sí mismo en el gran actor del proyecto.

El aislamiento en la paramentación de la vivienda permitió diseñar una gran terraza central que toma vida bajo el viejo árbol, localizando allí zonas sociales, recreativas y de contemplación aprovechando la sombra natural y factor acogedor que ofrece el árbol la mayor parte del año.